lunes, 11 de julio de 2016

EPILOGO.- Centauros del desierto

¿Reflexiones?
Con el tiempo transcurrido desde la vuelta a casa, todo vestigio de los días pasados en aquellos parajes, es un golpeteo constante en la memoria, las emociones se agolpan y los recuerdos se amontonan a borbotones, lo que quería guardarme para mí, al final decido ponerlo en una entrada, quizás como conjuro a una necesidad imperiosa de volver a rememorar lo vivido, quizás como un bálsamo a un espíritu inquieto, pero de lo que no tengo duda, es que se hace harto difícil expresar en palabras lo que desprende el alma y el corazón.
No pretendo hacer ninguna crítica, no pretendo dar lecciones, no pretendo convencer a nadie, tan solo es un ejercicio de terapia personal con el fin de poder ordenar todo este temporal de emociones encontradas que tengo, desde que cruzamos la meta en Maadid, tras haber recorrido casi 700 kilómetros en uno de los lugares más hostiles que el ser humano puede encontrar, sobre todo el ser humano occidental, acomodado en nuestro mal llamado "primer mundo".


¿Carrera?
Una prueba deportiva, sí, de eso se trata, de superar una hazaña de grandes dimensiones, por muchos motivos, distancias, condiciones climatológicas, físicas, mecánicas, de esfuerzo y sufrimiento, de dureza y sacrificio, sí, todo eso lo tiene la Titan Desert, no nos engañemos, el 100% de los participantes nos inscribimos por todo eso, ahora bien, lo que no sabemos (al menos en mi caso), es lo que conlleva a nivel humano, a nivel personal, cuando hay ocasiones que el espíritu deportivo se deja a un lado y aparece el espíritu de amistad, de compañerismo, de hermandad, cuando se producen esas circunstancias, la competición carece de sentido, la parte deportiva desaparece y en su lugar es una carrera contra uno mismo, es una carrera con el compañero, es una carrera con el amigo, es una carrera por todos ellos, amigos, compañeros, hermanos, que acabas sintiendo como si fueran parte de tí, que te duelen sus caídas, que te deshidratas con ellos, que sientes el dolor de sus rozaduras, que te abrasan las laceraciones producidas por la ropa, que te emocionan sus rostros desencajados, que lloras cuando los abrazas al llegar a meta, en ese momento es cuando aparece lo que han llamado el "Espíritu Titán". 
Y casi todos lo hemos visto, lo hemos sentido, lo hemos conocido y sobre todo, lo hemos disfrutado y sufrido a partes iguales.
Lo que comenzó como una mera prueba deportiva, extrema, sí, muy dura, sí, pero nada más (y nada menos), con el paso de los días y los kilómetros se ha convertido en una de las experiencias más satisfactorias que haya podido vivir, ayer precisamente lo comentaba con un compañero, creo, sinceramente, que he vuelto distinto de aquellas arenas, no es que tuviera un momento de éxtasis, ni viera la luz al final del túnel ni nada por el estilo, pero sí que cambias la perspectiva en la forma de vivir el día a día.

¿Cuerpo?
Desde el punto de vista físico, sometes a tu cuerpo, ya acostumbrado a muchas horas de entrenamiento, de sufrimiento, de castigo, lo sometes como digo a sus límites, pedaleas durante horas y horas bajo temperaturas propias del infierno, avanzas por terrenos donde las ruedas se pegan como chicle a la arena y parece que una mano misteriosa tira del sillín hacia atrás, las piernas duelen, se resienten, los músculos notan la exigencia a la que los sometes, a veces parece que te estallan, a veces ni te acuerdas de ellos, solamente pedaleas, como un circulo sin fin, una pedalada, otra, una pierna sube, otra baja, ese eterno recorrido que forman las bielas se convierte en parte de tí, ni siquiera piensas, a ratos cuando te das cuenta, estás muy atascado, y resulta que cambiando de piñón, varías esa inercia y vas mejor, pero eso te das cuenta al cabo de unas horas, donde lo único que piensas es en avanzar y seguir la rueda de tus compañeros, o simplemente en marcar el ritmo a los que te siguen. 
Hay momentos en los que te duelen todos y cada uno de los músculos del cuerpo, incluidos aquellos que nada tienen que ver con la mecánica del pedaleo, se resienten los hombros, la espalda, los antebrazos, los dorsales, son horas y horas encima de la bicicleta llevándote al límite, pero aquí no está permitido rendirse, aquí no hay bandera blanca, aquí hemos venido a cruzar la línea de meta, por eso no se acepta otra opción que no sea seguir avanzando, por eso ni te planteas que el dolor que en ese momento te aparece en la rodilla pueda ser algo que vaya a mayores y te obligue a retirarte, no, aprendes a convivir con ese dolor, aprendes que pasados unos kilómetros ese dolor desaparecerá y en su lugar hará acto de presencia otro distinto en cualquier parte del ya castigado cuerpo, aprendes a soportarlo y a seguir con él, aprendes que cuando cruzas la meta, todo se queda atrás.

¿Mente?
La cabeza, la mente, el espíritu, la fuerza de voluntad, llamarlo como queráis, juega un papel primordial, tanto o más como las piernas, yo prefiero llamarlo cabeza, así tiene un sentido más amplio, primero porque este tipo de pruebas te exige tenerla "bien amueblada", es decir, a nadie en su sano juicio se le ocurre venir a algo así, sin un entrenamiento específico; aún viniendo preparado existen muchas posibilidades de fracasar en el intento, pero si no lo estás, entonces sí es una tarea inalcanzable, y por otro lado, tienes que tener cabeza en sentido estricto, tienes que ser tozudo, tenaz, perseverante, indoblegable, tiene que estar totalmente convencido de que puedes hacerlo, porque desde el primer kilómetro, te vas a encontrar una y mil razones para abandonar, una y mil razones para tirar la toalla, una y mil razones para bajarte de la bici y dar por acabada la aventura.
Y la tienes que usar todo el tiempo, la tienes que usar para acordarte de beber aun cuando no sudes, la tienes que usar para comer aun cuando no tengas hambre y el estómago está tan encogido que no admite nada, la tienes que usar para dosificar las fuerzas, la tienes que usar para motivarte en los momentos más duros, la tienes que usar para alegrarte y recordar lo que estás haciendo, la tienes que usar para sentir todas las emociones que te atraviesan diariamente en cada punto del recorrido.

¿Duro?
Sí, ¿durísimo?, también, todos los días, del primero al último, todos los días contemplas algún compañero que no puede más, que su cuerpo dice ¡basta! y que siente la amargura del abandono en sus labios, y tú, cuando eso sucede, tienes momentos de debilidad, se cruzan mil pensamientos por tu cabeza, por un lado te atenaza el miedo de que te suceda a tí, por otro te inyecta la energía de que a tí no te puede pasar, y recorres un mundo en tus pensamientos buscando motivos y argumentos para seguir exprimiendo tus piernas un día tras otro, y siempre encuentras alguno por los que merece la pena seguir avanzando.
Duele lo más profundo del corazón cuando abandonas a un amigo que no puede seguir, duele el alma cuando te subes en tu bicicleta y dejas atrás un compañero que ha tenido que retirarse, se te encoge la vida cuando el desierto se cobra una nueva presa y la hace añicos y tu no puedes hacer nada por evitarlo, una sensación de angustia y pesar te recorre cada poro de tu piel por un compañero al que hace días no conocías, pero que hoy harías todo lo que estuviera en tu mano para que continuara pedaleando a tu lado. Y también rabia, ira, cólera, irritación, explosión incontenida de furia, un sabor de venganza te viene a la boca para decir de forma pueril, que contigo no va a ocurrir, y por cada compañero que dejas atrás, te sientes más obligado a continuar con más ahínco.

¿Rendirme?
Jamás se me ha pasado por la cabeza, nunca, ni por un instante, ni tan siquiera en aquella etapa en la que la gastroenteritis me tenía al borde del desmayo, ni tan siquiera cuando la desolación era nuestra única compañera, ni tan siquiera cuando estábamos exhaustos y con el tiempo mordiendo nuestros talones... y hablando, y comentando con los compañeros, me encuentro en que no soy ninguna excepción, todos pensamos igual, y me quedo con las palabras de Dani Nafría, "Yo no me voy, en todo caso....que me echen" , o sea, que apuramos hasta el último aliento con la intención de acabar y llegar a meta dentro del tiempo de control, y lo logramos, y lo conseguimos todos los días, y nos costó un mundo en alguna etapa, pero lo hicimos.
Se tienen momentos de auténtica dureza mental, de avanzar por un terrible paisaje lunar donde los kilómetros transcurren como en una cinta continua porque el paisaje no varía por muchas horas que pasen, y tienes que buscarte referencias para evitar volverte loco, y tienes que cambiar tu estado de ánimo para no caer en una especie de trance en que todo se reduce a pedalear cada vez más despacio, y tienes que mirar a tus compañeros para animarlos, para animarte, y sacar fuerzas de flaqueza cuando alguno de ellos va al borde del abismo, y hacer un esfuerzo para disimular tu propia fragilidad con el fin de aumentar su confianza y que siga pedaleando, y mentir y mentirte cuando alguno lo está pasando mal y tienes que dar palabras de aliento.

¿Hermanos?
En mi caso fui con dos, uno de sangre y otro de adopción, y esa unión forjada durante años y años y durante kilómetros y kilómetros hace que seamos como uno solo, y que lo que le duele a uno de nosotros nos duele al resto, y que cuando uno desfallece los otros se crecen para que el equipo funcione, y con el paso de los días, de las etapas, de los kilómetros, esa unión se aumenta y se siente cada esfuerzo como propio, y se aumenta la alegría o la tristeza cuando te ves reflejado en la cara de ellos, y la satisfacción de cruzar la meta, etapa tras etapa, se multiplica por tres, y los abrazos hace que nos fundamos en uno solo, y las horas pasadas entre dunas, entre arenas, entre arbustos y matorrales, entre ríos y arroyos, eso, solo se puede explicar a quien lo ha vivido allí, no hay sensación parecida en otro tipo de pruebas ni de paisajes.
Y la familia aumenta con el paso de los días, con tan solo pedalear durante 5 minutos al lado de otro compañero, hace que aparezca otro lazo de unión inexplicable, y estos se van incrementado día tras día, pedalada tras pedalada, y los periodos de convivencia en el campamento acrecientan esa unión, y hay momentos en los que no hace falta hablar durante una etapa para saber como se encuentra tu colega, y ruedas a su lado dando ánimos o simplemente le das conversación para distraer al fantasma interior que todos llevamos dentro.
Y la llegada a meta se convierte en una gesta compartida, y los saludos y aplausos de los que esperan hacen que te eleve el espíritu, y te sientas el más grande, y los momentos previos a cada etapa, rumias los nervios y los compartes con los de tu alrededor, y sientes que lo que pueda suceder en ningún momento te va a tumbar, porque te sientes arropado por todos los que te rodean.

¿Titán?
Pues depende, si lo vemos desde el punto de vista deportivo, por supuesto, somos titanes lo hemos logrado, lo hemos acabado, lo hemos conseguido, no ha sido un camino fácil, ha sido la culminación deportiva de muchas horas dedicadas a entrenar, a muchos sacrificios con un objetivo, a muchos días estirando las horas para poder dilatar el reloj y salir a rodar, porque no es fácil, y aún así, tanto esfuerzo no te garantiza llegar a meta, pero lo hicimos. Pero si te comparas con los críos que hemos visto por aquella zona, o con los pastores de camellos que nos hemos cruzado, o sin irnos más lejos, con cualquier persona que lucha día a día contra una enfermedad, una injusticia, o contra cualquier lacra que tiene este mundo, pues no, simplemente somos unos privilegiados que han podido disfrutar  durante unos días haciendo lo que más les gusta, montar en bici y hacer amigos allá por donde van, y eso, tan solo eso, nos hace ser tremendamente afortunados y hace que merezca la pena todas y cada una de las pedaladas que hemos dado.

....¿nos vemos en el 2017?....

viernes, 22 de abril de 2016

ETAPA 1.- Sin Perdón

Etapa 1 / Stage 1
Salida / Start: Ifrane
Llegada / Finish: Ifrane
Km Crono:110km
Desnivel / Gain: 1.810m

La Gaes Titan Desert by Garmin descubre por primera vez la localidad montañosa de Ifrane en el Medio Atlas marroquí. La salida y la llegada serán comunes a la segunda etapa, y pasados los primeros kilómetros se tomará una pista que llevará a los bikers hasta las inmediaciones del primer bosque. Tras subir un primer puerto de montaña, un largo descenso culminará en el Lago Afnourir, en el inicio de la parte más espectacular de la jornada. Finalmente, regreso al campamento por el interior de otro bosque.
ETAPA 1.
Nuestro estreno en la Titan Desert, siguiendo los rituales organizativos que nos indican, nos encontramos a las 8 de la mañana, en la linea de Salida, los nervios han desaparecido y ahora lo que impera son las ganas de comenzar y la ilusión de llevar a buen puerto el sueño de estos tres locos.

Tras las palabras de bienvenida y agradecimiento, suena el pistoletazo de salida y esto parece una estampida de búfalos, salimos por un tramo de carretera en subida, que hace que el pelotón se vaya estirando y entramos en una pista amplia que nos permite rodar rápido.
Primera toma de contacto, para averiguar dos circunstancias que serán la tónica de la etapa, una, todo el mundo dice que va reservándose, pero corre que se las pela, y dos, que hay piedras de todos los colores (literalmente) y tamaños que hace que el traqueteo de la bici parezca que estas subido en una batidora.
Nos vamos acomodando, rodamos los tres juntos como estaba previsto y pronto tenemos la primera pared del día que hay que superar, nos encontramos en zona de alta monta;a, la altitud de salida son 1.600 metros pero el techo de la etapa se encuentra en 2.050, no se si debido a esta circunstancia o a que llevamos dos días que no hacemos nada mas que comer, por aquello de cargar hidratos en el organismo, el caso es que mis piernas no van como yo esperaba, aun así, me voy defendiendo, pero hace que mis compañeros me tenga que esperar siempre que la ruta se inclina mas de la cuenta, hecho que sucede con frecuencia, ademas las zonas de bajada o llaneo, tampoco permiten avanzar según mis costumbres por lo comentado anteriormente, hay muchísima piedra que a ratos parece que vayamos por mitad de una cantera; aunque eso si, el paisaje es alucinante, tan pronto estamos en medio de bosques frondosos, como cruzamos zonas de alta montaña, donde la compañía de cabras y ovejas son lo mas común.
Con el paso de los kilómetros, me voy encontrando mejor, voy recuperando mis sensaciones y me voy aclimatando, los compañeros con los que voy compartiendo camino hacen ameno el trayecto, el ambiente entre todos los participantes es excelente, todos somos conscientes de la importancia de la prueba y el espíritu de compañerismo que la rodea.
Saludo al periodista Chema del Olmo, y con su pasado manchego y amigos comunes, llevamos una conversación muy distendida que nos hace avanzar hasta el CP1 sin darnos cuenta, hasta el momento todo va sobre ruedas y el tiempo entra dentro de lo previsto.
La organización nos da un tiempo limite de 11 horas para cubrir la etapa, mas que suficiente para nuestras aspiraciones, pero no hay que dormirse por si ocurre algún percance o avería, así que seguimos avanzando con pedalada firme pero tampoco sin demasiadas alegrías que esto es muy largo y quedan muchos días por delante.
Las bajadas que nos encontramos son para disfrutar como es habitual en nosotros, pero vuelvo a repetir, tienen piedra por todos lados y son un poco peligrosas, algunos tramos parecen canteras donde hayan vertido camiones de rocas, del tamaño de un balón, aquí hay que tener especial precaución porque un despiste puede cambiar todo en un momento.
Según vamos avanzando nos vamos encontrando compañeros, unos que empiezan a tener los primeros avisos de calambres, otros que prefieren reservar, así llegamos al CP2, cubriendo la mitad del recorrido en 3 horas y poco, todo según los planes, aunque el cuerpo esta pagando el exceso de ajetreo, los antebrazos me duelen en alguna bajada como no lo habían hecho nunca, las bajadas a tumba abierta hace que te tiemblen hasta los pensamientos, y decido que mañana me pondré las perneras, porque los gemelos en algunos momentos parece que me avisan del esfuerzo que están realizando.  Atravesamos una estepa llena de piedra que parecen volcánicas y un lago precioso en plena montaña.
Nos vamos encontrando con nuestro sitio en el pelotón, porque los compañeros que nos encontramos ya van siendo los mismos, ora los adelantas, ora te adelantan, eso hace que vayas cogiendo confianza con ellos y los comentarios y chascarrillos que nos cruzamos nos anima a todos. Seguimos avanzando por bosques de cedros de una belleza espectacular, tenemos tramos de asfalto donde rodamos en nuestra linea, y aquí también comprobamos que el dios Eolo domina la llanura y nos obliga a agruparnos y dar relevos en alguna ocasión.
Bajada de vértigo por una carretera (si es que se puede llamar así) donde nos encontramos con trafico rodado, coches y furgonetas de todo tipo que disfrutan e un domingo de campo con su familia, y gratamente sorprendidos, comprobamos que son mas respetuosos con los ciclistas que en muchas carreteras de nuestro país, puesto que incluso se llegan a parar con el fin de no molestarnos ni causarnos percance alguno cuando se cruzan con ciclistas.

Así, entramos en un Parque Natural de Cedros, llevamos un tiempo bastante aceptable, cruzamos entre montones de familias que se encuentran disfrutando del día, una estampa curiosa vernos pasar allí a toda velocidad mientras ellos se entretienen, en eso, no se diferencian de otras partes del mundo, un día de campo es para comer, jugar, pasear, etc. E incluso comprar souvenirs, puesto que también atravesamos un pequeño mercadillo con un bullicio de gente que se quedaban asombrados al vernos.
CP4, 5,35 h. desde la salida, esto creo que ya lo tenemos hecho, el recorrido es idéntico al resto de la etapa, subidas duras y bajadas mas duras, si cabe, las piernas están bien, pero acusando ya el paso de los kilómetros, por suerte, la temperatura nos respeta, hace calor, pero no demasiado e incluso en alguna bajada hace frío por la sombra de los arboles; vuelvo a repetir que es toda una sorpresa encontrarnos con este paisaje, nadie diría que estamos en Marruecos, o al menos no es lo que uno espera encontrar.
Con los ánimos por las nubes, y las fuerzas menguadas, encaramos los últimos 15 kilómetros, algunos de los cuales ya los hemos hecho a la ida, el firme es muy irregular, nada a lo que estamos acostumbrados, cuesta coger el ritmo y las piernas notan el cansancio, para rematar nos queda la ultima subida, tan solo 250 metros, pero de una pendiente cercana al 15% que en el grupo en el que vamos haya un compañero que los calambres lo dejan tieso en mitad de la cuesta y no puede ni moverse, entre 3, le ayudamos a bajarse de la bici y tumbarse para estirar, uno le pasa un sobre de sales minerales para que se recupere, decide quedarse allí un tiempo estirando y yo continuo la marcha hasta que pillo a mi hermano, así llegamos a las inmediaciones de Ifrane, donde nos reagrupamos con Juanchu y entramos los 3 juntos a meta, con un tiempo total de 6,30 h. y la satisfacción de haber acabado nuestro debut en la Titan con buen sabor de boca.

Al acabar, nos enteramos que ha habido compañeros que se han perdido y han hecho kilómetros de mas, otros han rajado cubiertas, otros han sufrido caídas mas o menos importantes, y nosotros, por suerte, solo hemos tenido que bregar con nuestras fuerzas y con las dificultades del terreno….esperemos que sean así todos los días.
Mañana mas y mejor, puesto que la etapa transcurre en el mismo sitio, y sera mas larga y mas dura, pero….Quien dijo miedo?

ETAPA 2.- Camino a la Perdición

Etapa 2 / Stage 2
Salida / Start: Ifrane
Llegada / Finish: Ifrane
Km Crono:133km
Desnivel / Gain :2.336m

Tras realizar los mismos kilómetros iniciales que en la etapa anterior, se remontará una colina como preludio al ataque hacia el cañón, que llevará a los ciclistas a más de 2.200 metros de altitud. Un largo descenso marcará el inicio del regreso. Tras unos kilómetros entre árboles se afrontará un llano que conectará con los primeros kilómetros de la etapa, ya conocidos. Una de las etapas reina de la presente edición.

ETAPA 2.-

Ritual matutino, desayuno, control de firmas, recoger agua y preparar la camelback y la bici, y a las 8 dan la salida y la estampida se vuelve a producir igual que el día anterior, de hecho los primeros kilómetros son comunes a la etapa 1, y creo que salimos un punto mas acelerados que ayer, de hecho hoy el pelotón se estira enseguida, ayer los primeros 20 kms. rodábamos todos juntos salvo excepciones, hoy ya se aprecian muchos descolgados y terreno de por medio entre un grupo y otro de bikers.

Giramos a la izquierda para afrontar la primera subida del día, tras ir cresteando por pequeñas lomas dirección sur, de repente se gira a la derecha y nos adentramos en un valle rodeado de arboles, pero que nos muestra un perfil rompedor, muchísima piedra, como es habitual por aquí, y sobre todo una pendiente cercana al 20%, que hace que ya haya compañeros que pongan pie a tierra y lo suban andando, de momento tenemos una temperatura agradable y la brisa que nos acompaña se agradece, aunque el día promete mostrarnos su lado mas caluroso, la bajada vertiginosa, por lo que se supone es una pista forestal, pero que hemos visto cortafuegos con mejor firme que esta pista, y llegamos al CP1, situado hábilmente fuera del camino, en un lugar muy pintoresco pero para ir de camping, jeje.

Superado el primero obstáculo del día, seguimos llaneando dirigiéndonos hacia unas montañas que se divisan a unos 15 kms, esto si es una pista de despegue, picando hacia abajo y aquí con mejor firme, hace que vayamos en vuelo rasante y adelantando a compañeros, nos venimos arriba, estamos en nuestro terreno y después de parar en el primer avituallamiento para reponer líquidos, seguimos volando bajo hasta llegar a un pequeño poblado, donde nos encontramos con escenas impactantes, los numerosos niños que están en el poblado, donde solo se aprecian 4 o 5 chabolas, pero entre ellas, lo que parece ser un colegio y una con publicidad de telefonía Los niños, hacen de nuestro paso un juego, ofreciéndonos chocar la mano a todos los que vamos pasando por su lado.
Tras esta zona, nos adentramos en un cañon, que nos ofrece una de las mejores vistas del día, el río transcurre a nuestra derecha y la montaña a nuestra izquierda por un sendero angosto, donde produce cierto vértigo rodar cerca del barranco, de hecho en algunos tramos, el sendero esta excavado en la roca para poder cruzar, así avanzamos unos kilómetros hasta que por un vado cruzamos el río, que se agradece mojarte las piernas porque la temperatura va en aumento, y aquí empieza el calvario, nos enfrentamos con el mayor puerto de toda la prueba, 15 kilómetros de longitud, y además unido a la altitud a la que ascendemos, la cota mas alta es de 2.250 mtrs. Si además añadimos que la temperatura ronda los 35 grados, el resultado es una situación limite, y según vamos ascendiendo la pesadez en las piernas, y la sensación de ahogo al respirar va en aumento, el cruce con compañeros, tanto a los que se adelanta como los que te adelantan, es un simple comentario de animo, porque la respiración no da para mantener ninguna conversación mas allá de un -vamos-, -venga-, -animo- y palabras de esa magnitud.

A mitad de ascensión, hago un pequeño descanso, aprovecho para beber y sacar comida de la camelback, y tras recuperar el aliento, continuo para acabar subiendo, por momentos me acuerdo de lo que nos pregunto Laura en la entrevista que nos hizo, que si buscábamos algún limite, la respuesta es que no, pero en estos momentos, es cierto que lo estamos rozando, así llegamos al CP2, y de nuevo nos encontramos con otra bajada espectacular, aquí el firme esta un poco mejor y se disfruta, pero sigue habiendo piedras y arroyos en mitad del camino que hace que bajes en tensión continua, tocamos un poco de asfalto, si se puede decir así, porque la carretera parece un camino con parches. Nos dirigimos hacia otro valle, donde volveremos a subir y bajar por caminos pedregosos y con desniveles importantes, aunque a estas alturas, después de haber superado la bestia del día, los ánimos ya están por las nubes y las piernas se han recuperado perfectamente, hasta ahora vamos dentro de lo previsto y el tiempo de cronometro va por las 5 horas con 80 kilómetros recorridos, nuestra previsión es hacerla en 8 horas y media, siguiendo con el ritmo del día anterior. 
Cambiamos de paisaje completamente, es otra de las maravillas que nos encontramos, pasamos de paisajes casi “lunares” a un bosque de cedros y sabinos milenarios, que hace que la ascensión sea mas llevadera porque nos protege la sombra y la bajada, ¡que bajada! La adrenalina corre a raudales bajando entre arboles por la pista a velocidades terminales, pero como siempre, se hacen mas cortas que las subidas, aunque es verdad, que cuando llegas abajo, tanto los antebrazos como las muñecas notan el esfuerzo y la tensión.
Y al final de la misma, se acaba lo bueno, el CP3, que nos da paso a una planicie espectacular donde se pueden apreciar cráteres milenarios provocados por una lluvia de meteoritos, y donde las piedras volcánicas se mezclan con las autóctonas terrestres, así avanzamos a buen ritmo hasta encarar una carretera, esta vez si, es una nacional con cierto trafico, donde recorrimos unos 5 kms. Hasta desviarnos de nuevo hacia el bosque que recorrimos ayer, y donde ya vamos acariciando la sensación de haber logrado superar otra etapa.
Tras varios rompe piernas, recorremos en sentido inverso las sendas del día anterior, y encaramos el tramo final, que no por conocido se hace menos duro.
Cruzamos meta con 8,48, algo mas del tiempo previsto en nuestros planes, pero dentro de un tiempo razonable teniendo en cuenta las circunstancias de la etapa.
Conclusiones, hemos pasado con ciertas garantías las dos etapas de montaña, ahora nos toca el desierto puro y duro, los mas veteranos, dicen que no tiene nada que ver y que las exigencias físicas serán mucho mas fuertes que hasta ahora, de momento, estamos bien de fuerzas y las piernas están respondiendo, la moral y la ilusión, por supuesto siguen por las nubes, el ambiente entre los compañeros es increíble, será lo que dicen que es el espíritu Titán, pero aquí, todo el mundo esta de buen rollo y conoces gente muy interesante, hemos hecho casi la segunda parte de la etapa con un veterano que lleva 5 Titanes, y es un lujo oírle hablar y contar sus anécdotas y sus consejos.
El mítico Titán.... MARA, toda una leyenda


Mañana jornada de traslado y descanso relativo para afrontar los 2/3 de prueba que nos queda….seguimos a tope.

ETAPA 3.- Oceános de fuego

Etapa 3 / Stage 3
Salida / Start: Errachida
Llegada / Finish: Rissani
Km Crono:101km
Desnivel / Gain: 744m

Una etapa sin grandes dificultades salvo la posible climatología adversa, especialmente el viento de cara. Un primer sector por pistas poco evidentes y pedregosas. A partir del CP1, se entrará en una pista principal que poco a poco va siendo más arenosa, en dirección siempre hacia el sur. Tras el día de traslado, y aunque es el inicio de la etapa maratón, no debe presentar mayores dificultades.
ETAPA 3.-
Hoy es un día distinto a los anteriores, sí ya sé que todos los días son distintos, pero en este caso, es que han ocurrido dos hechos que cambian todo de perspectiva, primero, ya no estamos en la zona montañosa del medio Atlas, ahora estamos en pleno desierto, hoy vamos a conocer de primera mano lo que es rodar por aquí, a decir de los veteranos, ahora es cuando la Desert, cobra sentido y empezarán los tormentos (que no las tormentas) para los bikers; y segundo, porque hemos tenido un día de descanso, relativo, pero descanso porque nos hemos trasladado en autobús hasta esta ciudad, han sido 5 horas de autobús que han hecho que podamos recuperarnos de la paliza de ayer y cargar las pilas al 100%, aunque veremos si ha sido buena idea o por el contrario, los que ya estaban "enchufados" pueden notar el parón técnico, eso nos lo dirán las piernas con el transcurrir de los kilómetros.
Comenzamos el día con otra diferencia, se trata del primer segmento de la etapa maratón, donde no vamos a tener asistencia mecánica ni de fisio al acabar la etapa, y tenemos que ir cargados con todo lo necesario para estos dos días, hoy y mañana, dicho en román paladino, se trata de dos etapas a lo "Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como"; luego comprobaremos que no es del todo así, porque la solidaridad entre los integrantes del pelotón está a la orden del día y todos quien más, quien menos, echa una ayuda o presta una cámara a quien se la pida.
Sobre el papel, la etapa es fácil, son 100 kilómetros y con un perfil descendiente, sobre el terreno el perfil no tiene nada de descendiente y los 100 kms. parecen 150, pero eso solo lo sabremos cuando crucemos la linea de meta.
Nosotros rodamos con buen ritmo, el comienzo como siempre es espectacular, dejados llevar por los de cabeza el pelotón sale disparado y vale que los que van a ganar pongan 40 km/h. en sus ruedas, pero es que los demás rodamos cerca de los 30 Km/h. en los primeros minutos del día, eso hace que el bloque se estire muchísimo y sobre todo porque el firme lo permite.
Tenemos nuestra etapa, a priori debe darse bien, será nuestro primer contacto con el desierto y vamos lanzados, ¿qué puede salir mal? Pues así llegamos al CP1, alucinando con las primeras vistas de las dunas y de los inmensos océanos de arena que nos rodean, nos vamos cruzando con compañeros que son habituales en estas posiciones, terminamos haciendo grupos en función de las características de cada biker, pero solemos pedalear con los que lo hemos hecho en días anteriores, aprovechando un pequeño lapsus, en el que nos quedamos rezagados mi hermano y yo, vemos que por delante se tienen que bajar para cruzar bancos de dunas, y nos lanzamos a la aventura, hacemos un poquito de "navegación" según se dice aquí, en mi pueblo esto se llama "hacer trasqui", o sea, que si el track, hace un arco, nosotros seguimos recto intentando evitar las dunas, eso hace que avancemos bastante, y me quedo a esperar a Juanchu que iba con el grupo de las dunas, ante su asombro, seguimos nuestra marcha, intentando asimilar lo que nos viene encima, caminos arenosos e interminables y zonas por donde se rueda mejor fuera de pista que en ella.
Alcanzamos a mi hermano, y con él a un compañero de Alicante, que va bastante fastidiado, le ha dado una "pájara" que no puede ni con las botas, decidimos separarnos, Juanchu y mi hermano por delante y yo con el compañero para intentar apoyarlo.... y comienza su calvario, va sin fuerzas completamente, intento animarlo, me pongo delante de él para quitarle el viento, le hago comer, beber, le doy conversación, pero es inutil, está K.O. me pide que paremos a la sombra de una acacia que hay al lado del camino, y lo hacemos, está pagando el calvario de la primera etapa donde se perdió e hizo 40 kilómetros más de los debidos y eso aquí sale caro, bien física o bien mentalmente, aquí no se perdona un error.
Consigo convencerlo para que volvamos a la bici, nos quedan 30 kms. para meta, le animo diciendo, que ya lo tenemos hecho y que cuando llegue a meta, se recupera y decida qué hacer al día siguiente, y como último recurso, le ofrezco enganchar la cuerda que llevo en la camelback para situaciones de emergencias y esta lo es.
Así como un cordón umbilical improvisado voy tirando de él, yo me encuentro bien y ponemos buen ritmo, tal es así que vamos adelantando compañeros ante la mirada de sorpresa cuando nos ven llegar, y avanzamos hasta el EH3, nos encontramos a 20 kms. de meta, bebemos, dejo que se recupere (si es posible tal cosa) y allí nos reencontramos con mi hermano que estaba esperando, Juanchu ha tirado delante, y ponemos de nuevo el convoy en movimiento, así rodamos otros 5 kms. más, hasta que en una zona de arena, la bici se frena y la cuerda se engancha en la rueda, con el consiguiente aterrizaje forzoso, y es la gota que colma el vaso, nuestro amigo, no puede más, está totalmente abatido, y él solo pulsa el botón del GPS, para el SOS de la organización, la rabia y la impotencia se unen al desánimo y la tristeza, tan solo hace 4 días que reíamos y hacíamos planes juntos, y ahora se truncan sin remisión, 
poco más que añadir, la Titan se cobra una nueva víctima, me queda el amargo de la insatisfacción por no poder ayudar más, pero aquí poco podemos hacer, lo dejamos en manos del servicio médico y volvemos a nuestras monturas para acabar la etapa, ahora sí, rodamos a buena velocidad, no por recuperar el tiempo perdido, puesto que vamos con buen margen sobre el límite, pero sí, por la sensación de quitarnos el desconsuelo de la cabeza, así alcanzamos uno de los parajes más pintorescos de la etapa,
 una formación rocosa en forma de tabla, que al parecer sirvió de decorado natural para la película La Momia (habrá que verla de nuevo para comprobarlo) y pasamos por el CP4, último escollo antes de meta, por el tiempo transcurrido pensamos que nuestro compañero ya habrá casi llegado a meta, así que decidimos usar de nuevo el GPS y navegar para acortar en la medida de lo posible la distancia.
Tras 6,30 h. desde que salimos, llegamos a línea de meta, Juanchu tiene el detalle de estar esperando antes de cruzarla, es lo que tiene ser de un equipo, salimos todos juntos y llegamos todos juntos, y cruzamos la meta con la particularidad del día, aquí no tenemos sitio, hay que buscar un hueco en una jaima comunitaria.
Ritual en esta ocasión, coger la toalla y las chanclas que te facilita la organización, junto con un blister de jamón serrano, inflar la colchoneta de la playa donde dormiremos esta noche, y el resto como las demás etapas, ducha, descanso, charla con los compañeros y pasar la tarde lo mejor que se pueda, que mañana habrá más y mejor.
Resumen de la etapa, lo que parecía mero trámite se ha convertido en una odisea, no solo a nuestro amigo le ha podido el desierto, como él, ha habido varios abandonos, entre ellos el gran Antonio Lobato, biker experimentado con otra Titan en sus piernas, que una gastroenteritis lo ha dejado fuera de juego, y es que hay demasiados factores a tener en cuenta para que con uno solo que falle, se venga abajo la aventura. Por eso no hay que confiarse y guardar todas las precauciones posibles.
Nosotros, seguimos avanzando, no voy a decir que intactos, pero sí que la ilusión se acrecienta con el paso de los kilómetros y el chip lo hemos puesto en sentido inverso, ya no contamos los kilómetros que hacemos, sino los que nos quedan para llegar a meta, y con la etapa de mañana, daremos un buen bocado a esa cuenta....¿las piernas? por el momento me atrevería a decir que siguen casi al 100%....pero ya veremos... ¡¡¡A tope Gigantes!!!

ETAPA 4. - Furia de Titanes

Etapa 4 / Stage 4
Start: Rissani
Finish: Merzouga
Km Crono:144km
Desnivel / Gain: 969m

Segundo sector maratón, y una etapa decisiva de en la parte desértica, con una distancia de 145 kilómetros. Salida muy rápida hasta adentrarse en la parte más inhóspita del desierto, donde nos encontraremos un gran oued, un mini cordón de dunas, pistas muy arenosas y erosionadas por el paso de los camiones y un cañón arenoso que al final de la etapa nos dejará a unos 20 km por pistas y plateaus muy rápidos hasta llegar al campamento. Una de las etapas más largas de la historia de la Titan, en la que los últimos participantes llegarán casi de noche.
Etapa 4.-
Despertamos como todos los días con un “buenos días titanes” y la música de The Lumineers, -Ho Hey-  ¿la diferencia? Que hoy no tenemos que hacer maleta, pero tenemos que cargar de nuevo con el saco de dormir y demás trastos, si bien algunos compañeros deciden dejarlos para alegría de los trabajadores locales que recogen todo, incluidas las gafas de sol y la “braga” de Juanchu (gajes del oficio).
Tras el mini repaso que le dimos ayer de polvo a la bici y una vez revisada, y con todo listo, tomamos un día más posiciones en la línea de salida, como es habitual, en las zonas retrasadas, donde se sitúan los “mortales”, la parte delantera se reserva para los “galácticos”, y una vez dan la salida, volvemos a la carga como alma que lleva el diablo, rodamos por buen firme y nos cunde mucho pasar los kilómetros, hoy tocan 144 kms. Y para ello tenemos 12 horas, la media es fácil, mínimo 12 km/h. para no tener complicaciones con el cierre de control, y a pesar de haber dormido regular, vamos bien con las fuerzas y sobre todo con los ánimos.

La carrera nos ha situado en nuestra posición habitual y rodamos prácticamente con los mismos compañeros que los días pasados, eso hace que sea muy ameno puesto que vamos hablando y comentando con ellos el devenir de los días pasados y con algunos que ya tienen experiencia, nos dejamos aconsejar para lo que nos viene encima, los famosos cordones de dunas, que hasta que no llegas, los ves, los sufres, los pateas y los pasas, realmente no sabes lo duros que se hacen, pero a lo que vamos, hasta la EH1, vamos a buen ritmo y se hace muy llevadero, volvemos a hacernos la “cuenta de la vieja” con los kilómetros, las fuerzas y el tiempo que tardaremos y muy optimistas, nos marcamos que podremos sacar una media de 17, para meternos en torno a las 9 horas en meta, craso error, como comprobaremos y sufriremos más adelante.
El caso es que pasada la EH1, donde una gran planicie se nos presentaba, llegamos al primer CP1 y giramos a la izquierda, para darnos de bruce con nuestro primer oued, o algo así, no deja de ser una increíble explanada arenosa, donde rodar se hace muy difícil, y no sabes bien, si seguir las rodadas de los que nos preceden o buscar una ruta alternativa para ir abriendo camino y horadar nosotros el terreno virgen.

La imagen que presentamos los bikers es como tirar al suelo una bolsa de canicas, cada uno por un lado tratando de buscar un terreno más cómodo para rodar, pero da igual por donde vayas, siguiendo trazadas, abriendo nuevas, el caso es que las ruedas parece que se pegan al terreno y cuesta muchísimo avanzar, aún así, estamos contentos, el paisaje completamente nuevo es espectacular, como una especie de decorado donde solo hay arena y montañas que se divisan a lo lejos, descubrimos que las dunas no son “islas” que te encuentras, sino una especie de rio de arena que transcurre por donde nosotros tenemos que pasar, hasta que una vez cruzado el cauce de un enorme río totalmente seco, pero con una anchura entre las orillas de unos 30/40 metros, nos damos nuestro primer bautismo de arena, el EH2 se encuentra en pleno terreno de dunas, pensando que podríamos ciclar nos lanzamos como águilas para atacarlas, pero la realidad nos pone en nuestro sitio, es decir, a pie y empujando la bici porque no hay otra forma de cruzar, tal es así, que también está atascado un todoterreno de la organización, no es más de un kilómetro, pero hacerlo andando se hace duro, y eso que aún no hace demasiada calor. Una vez llegamos, tomamos un respiro, nos hidratamos, ponemos crema solar y rellenamos nuestros botes y camelback, porque el siguiente punto de hidratación se encuentra a 40 kilómetros y será una ardua tarea llegar a él.

Ya nos vamos dando cuenta de lo que es el desierto, porque aunque las dunas se quedan detrás, el camino que llevamos es pegajoso, por aquí rodar se hace muy duro, parece que no avanzas y que las ruedas lleven lastre, por mucho empeño que pongas, cuesta un esfuerzo terrible ver una velocidad alta en la pantalla del gps, lo normal, rodar entre 15 y 20 Km/h, cuando estamos acostumbrados en nuestra llanura manchega a ver los 30 y 35, estas cifras te merman la moral, pero es lo que hay, aplicamos el trabajo del martillo “pilón”, sin desfallecer y pedaleo constante, regulando las fuerzas que aún queda mucho y con cierto margen de confianza sobre el tiempo límite, ascendemos un pequeño repecho y una bajada sinuosa y sin dificultad nos anima algo, hasta que volvemos a cruzar el CP3, en lo que parece el único sitio libre donde poder rodar, porque a continuación, salimos con un grupo de compañeros donde es imposible elegir el camino bueno, vayas por donde vayas tienes que atravesar zonas de arena y además ir esquivando los miles de setos con abrojos que es la única vegetación que nos encontramos, esta es la primera vez que la desesperación se apodera de nosotros, no hay manera, le intentamos pillar vuelta a las zonas de arena, pero es un continuo subir y bajar de la bici, lo único anecdótico es el rebaño de dromedarios que salen a nuestro encuentro, y que inmortalizamos como debe ser, pero aquí se nos va más de una hora para salir de la zona,
 el único árbol que hay al lado del camino sirve como punto de reunión de los que estamos en los alrededores y hace que nos reagrupemos todos y partamos un rato junto a otros compañeros, aquí las piernas ya están maduras, pero lo principal es la cabeza, mentalmente ya va gente muy tocada, intento animar a un biker que tiene calambres y dice que va muy justo, ha comido, ha bebido, pero está haciendo la etapa solo y eso agota muchísimo el ánimo, así que le voy dando conversación en la medida de lo que mi resuello me deja, siguiendo la tónica del día, pasados unos 10 kilómetros volvemos a encontrarnos otra zona arenosa, que vuelve a obligarnos a pasar a patita, y lo que es peor, que parece que no avanzamos, que vemos correr el reloj, pero los kilómetros no llevan la misma marcha, y aunque hay tiempo, en mi interior ya voy haciendo cálculos nuevamente para controlar la situación, con el paso de los kilómetros nos volvemos a quedar solos los 3, bien porque algunos han avanzando más deprisa, pero sobre todo porque vamos dejando atrás a los compañeros, así nos enfrentamos a la enésima planicie del día, estamos justo en el centro del día y el calor empieza a ser sofocante, vamos con la alerta encendida porque aún falta bastante para el punto de hidratación siguiente y las reservas de líquido van menguando, hasta que ocurre lo que ya nos habían advertido, alcanzamos a un compañero que va andando empujando a la bici, con él hice toda la subida al puerto de la segunda etapa y es todo un veterano (lleva 5 titantes en las piernas), y lo que sucede a continuación es de película.
-         Pregunto: ¿qué tal vas, todo bien?
-         Respuesta del compañero: - Sí, voy descansando un rato, ¿no tendrás agua? Llevo más de una hora sin beber porque yo la he acabado.
-         Toma, bebe un poco, que a mí me queda aún en la camelback (y le ofrezco uno de mis botes)
-         No, si la quiero para echarme por la cabeza que llevo mucho calor y no lo aguanto.
Acto seguido, le doy una palmada en la espalda donde lleva su camelback y me sorprende comprobar como la tiene con líquido.
-         Tío, si llevas agua en la cambelback.
-         ¡Qué va! La apuré hace más de una hora.
Lo llevo a la sombra de un árbol que hay a unos 50 metros del camino, y se sienta, saco la bolsa de la camelback donde ratifico que la lleva casi llena, es decir, al menos 1 litro de agua le queda en ella, y le digo:
-         Mira, tienes todavía agua.
-         Y su contestación fue la que me dejó patidifuso: “Gracias que la has traído, porque yo ya no tenía”.
Obviamente el colega no estaba lúcido como para continuar, así que acto seguido, le comento que voy a pulsar el botón de SOS, porque creo que lo que le pasa es que está deshidratado y en esas condiciones, quedando aún unos 35/40 kms. por delante no es muy aconsejable seguir.
Asiente con la cabeza y me dice que sí, que esta vez la Titan ha podido más que él y que se espera allí a que llegue el servicio médico para que lo trasladen al campamento.


En esos momentos no se veía un alma en todo lo que alcanza la vista, mi hermano y Juanchu tiraron hacia delante con la idea de que yo los pillara porque se supone que me iba a entretener poco, pero entre unas cosas y otras se ha ido casi media hora, y se me hace muy duro dejarlo en esas condiciones sin nadie a la vista, hasta que por el horizonte veo que vienen más compañeros y que la luz del SOS está parpadeando, asi que retomo mi burra y vuelvo a dar pedales dejando al compañero a la sombra del único arbusto había.
*NOTA: Al final del día cuando lo volvimos a ver en el campamento, me dijo que tuvo un golpe de calor y tuvieron que ponerle suero porque estaba deshidratado, tenía la piel como un pergamino viejo, y con todo el dolor de su corazón, la salud es lo primero y era lo que mejor pudo hacer.
Sigo con mi rutina, pim, pam, pim, pam, me encuentro bien de fuerzas, no sé si lo ocurrido me da energías, el caso es que ha hecho que rompiera un poco la monotonía que llevaba, sobre todo mentalmente, o bien porque el paisaje cambia y nos adentramos en un pequeño cañón, donde parece casi una cantera, porque hay rocas y piedras a los lados del camino, la pendiente aparece, y pica un poco para arriba, pero como digo, voy pletórico y pillo a Juanchu, me pongo a su lado y veo que también va muy tocado, estamos hablando de 42º de temperatura y sobre las 3 o las 4 del mediodía, es decir, el sol en pleno apogeo y nosotros sufriendo sus estragos, doy un pequeño tirón para cambiar de ritmo, pero veo que no me sigue, así que decido pagar “una ronda” y saco dos geles que llevo en la camelback, le doy uno a él y el otro para mí y hacemos una de las cosas más surrealistas de la etapa, jajaja. brindamos con los geles a nuestra salud y por el fin de la Titan, dicho esto, ponemos una velocidad de crucero para pillar a mi hermano, al cual vemos en el EH3, otro que se estaba quedando sin agua, y decidió tirar fuerte él solo para evitar pasar mucho tiempo sin beber.

Reponemos líquidos, rellenamos botes, estamos a 25 kms. de meta, creemos que lo peor ya ha pasado y eso nos insufla nuevas fuerzas, lo que conlleva elevar la velocidad de nuestras bicis, recorremos la enésima zona plana y desértica, solo que esta vez vamos paralelos a un cordón de pequeñas lomas, lo que nos permite desestresarnos mentalmente y cruzar comentarios, hacer fotos, grabar vídeo y romper el aburrimiento que da este tipo de zonas, nos pilla algún compañero, pillamos a otros, y así tras un pequeño ascenso en una cota muy llevadera, pasamos el último CP del día, con el aviso de que ya “todo es cuesta abajo”, obviamente nosotros sabemos que es mentira, que va a ser que no,  pero….¿y si sí?, nos emparejamos con un grupo de 5 que iban en equipo y que hemos rodado junto a ellos en varias etapas, así iniciamos un auténtico convoy de bikers, cruzamos un pequeño poblado donde el paisaje es tan desolador como todos los que nos encontramos en el camino, críos pequeños saludando y pidiendo algún regalo que podamos darles, yo he acabado mis barritas y geles, así que no me queda nada que ofrecerles, y nos cruzamos con un coche de la organización que nos da un poco de agua fresca, cosa que se agradece, porque aunque llevamos en los botes, la temperatura es la ideal para hacer una infusión.
Tras el pequeño parón, nos informa que la meta está a los pies de la Gran Duna y que simplemente quedan unos 10 kms., bien, buena señal, vamos con tiempo de sobra y las fuerzas están en un nivel adecuado, así que volvemos a rodar con energía, lo que ocurre es que no sé porqué, aquí los kilómetros parece que tienen más de 1.000 metros, porque lo que en condiciones normales debería ser como mucho media hora, al final, cubrimos esa distancia casi en una hora más, bien es cierto, que según vas acercándote a las dunas, obviamente hay más arena, y eso hace que nos tengamos que bajar en un par de ocasiones, a estas alturas, es lo de menos, y por aquí, hemos recuperado al compañero que tiempo atrás iba con calambres y jodido mentalmente, buena señal de que se ha recuperado, y cuando parecía que la meta se había convertido en un espejismo, cruzamos una carretera y vemos al fondo del camino, como se levanta el hotel donde íbamos a pasar las dos próximas noches,  Kasbah Tombuctú, con dos camellos gigantes de atrezzo decorando la entrada y donde aprovecho para sacar la cámara para grabar un vídeo de una llegada, que a priori, era casi el último peldaño para cantar victoria sobre la Titán.


Línea de Meta, aplausos y vítores de los amigos y asistentes tras 10,25 horas desde la salida, “pa’bernos matao” , segundo sector de la etapa maratón superado, pero es verdad que el colchón de tiempo que tenemos va disminuyendo etapa tras etapa, y mañana lo veremos peligrar…pero eso será mañana. Hoy a disfrutar de un merecido descanso….¡¡¡a tope calderas!!!

ETAPA 5.- Elegidos para la gloria

Etapa 5 Garmin / Stage 5 Garmin
Salida / Start: Merzouga
Llegada / Finish: Merzouga
Km Crono: 95km
Desnivel / Gain:593m

La Etapa Garmin de 100% navegación, donde no habrá flechaje. Además, la etapa arranca con dos pasos de dunas, y a partir del segundo paso de dunas se abren muchas posibilidades de navegación por una zona de un gran plateau y pistas paralelas hasta alcanzar el último CP. A partir de este punto, y para llegar al campamento, el recorrido propuesto circula por pistas paralelas y desérticas.
Etapa 5.-
Dicen los entendidos del toreo, que no hay quinto malo, eso también se puede aplicar a los botellines de cerveza, jejeje. El caso es que tras la paliza del día de ayer, hoy todo el mundo se levanta con una sonrisa de oreja a oreja y con los ánimos por las nubes, el día promete, etapa de navegación, es decir, no hay balizas ni señalizaciones, pero tenemos los waypoints de los puntos de control y de hidratación, y sabemos, eso si, que hoy tenemos el plato fuerte de las dunas.
Salvamos la liturgia de la maleta, puesto que esta noche volvemos a dormir al mismo sitio, en el hotel Kasbah Tombuctu, y tras coger el liquido necesario en los botes/camelback y ponernos crema solar, nos dirigimos al punto de salida.

Como digo, el ambiente reinante es casi festivo, pero siempre están los mas veteranos que nos ponen los pies en el suelo y nos dicen que todavía no cantemos victoria, que el desierto es muy duro y no hay que confiarse, aun así, salimos como todos los días, una vez dan el bocinazo, la estampida es descomunal, y esta vez dura poco, pero no por falta de fuerzas, sino porque a los 3 kms. Aproximadamente nos encontramos con el primer paso de dunas, pero estas no son como las de ayer, no, estas son sus hermanas mayores, se levantan ante nosotros como un enorme océano dorado, la indecisión es la que reina en las cabezas de todos, porque como diría Juanchu, parecemos un ejercito retirado, cada uno intenta afrontarlas por donde cree que le va a costar menos trabajo, pero aquí no hay trucos, salvo para los primeros que parecen que flotan sobre ellas y los de las fatbike, que literalmente lo hacen, y no en todos los sitios, el resto no nos queda mas remedio que bajarnos y empujar, menos mal que es temprano y el sol esta cubierto por alguna nube generosa, aun así, el esfuerzo de caminar sobre la arena que a veces te cubría hasta la mitad de la pierna supone un gasto extra que muchos acabaran pagando. Al principio existen zonas entre las dunas que parece que se pueden ciclar, pero no son mayores de 5/10 metros, lo que hace un subir y bajar de la bici constante, así que cuando ya te convences que no hay secretos y que esto es armarse de valor, paciencia y sacrificio, en mi caso, me descalzo, dejo las zapatillas ancladas en los pedales y ya esta, paso tras paso, duna tras duna, recorriendo el trayecto que siguen casi todos los bikers, digo casi todos, porque como dije antes estamos totalmente desperdigados a lo ancho del desierto, y lo peor de todo, es que la única referencia es la banderita que nos marca el GPS, porque no se distingue el CP1 en ningún momento, aunque a esto ya estamos acostumbrados, porque ha ocurrido lo mismo en todas las etapas, otro factor a tener en cuenta, porque cuando vas tocado física o anímicamente, no te sirve de ayuda buscar las banderolas de los puntos de control porque se sitúan de manera estratégica para que no las veas hasta que casi no estas encima de ellas.


En fin, que tras transitar entre las dunas al menos una hora y media, alcanzamos el ansiado punto de control, y nos dirigimos al segundo, aquí entra en juego otro factor, el de la temeridad, si dirigirte al CP2 directamente o pasar antes por el EH1 para reponer fuerzas, amablemente los de la organización nos recomiendan lo segundo, porque al parecer pilla de camino y el día no es de los que se permita hacer locuras ni experimentos con la hidratación, y se produce la constante del día, salimos del CP1 un nutrido grupo de bikers, pero llega un momento que unos deciden tirar hacia un lado y otros justo al contrario, nosotros nos decidimos por intentar seguir lo que parece un camino mas firme, si es que se le puede llamar así, el resultado es similar, tras bordear una zona donde se puede “medio rodar”, nos volvemos a encontrar todos, y ahora si, se divisa en el horizonte las banderolas del EH1 hacia donde nos dirigimos.
En estos momentos, mi estomago ya esta dando los primeros avisos, hemos andado 10 kms. En casi 2 horas y parece que un alien se me ha alojado en el intestino, lo que me lleva a unos dolores enormes y una sensación de mareo impresionante, decido beber del bote de sales a pesar del poco tiempo transcurrido, porque presiento que lo voy a pasar mal, como así ocurre, me tomo una barrita para no desfallecer, pero no es que no vayan las piernas, es que el estomago lo tengo contraído y no logro coger el ritmo, además el terreno no acompaña y pierdo terreno a cada pedalada que doy, voy callado, no quiero causar retraso a mis compañeros, la experiencia me dice que esto es pasajero y la única opción es aguantar y sufrir el tiempo que dure, y así llego al EH1, repongo los botes (y eso que no hace demasiado sol) y nos lanzamos a recorrer un pequeño desfiladero lleno de guijarros en pos del CP2.
El desfiladero es una pasada, pero mi estomago no me permite disfrutar del momento, así que les indico que sigan que ya los pillare y tengo que apartarme del camino en busca de “intimidad”, primera parada en boxes, sigo avanzando mas arrastrado que una ciempiés, y vuelvo a visitar el excusado, hasta en 4 ocasiones, me encuentro sin fuerzas, pero al contrario que otros compañeros, mi cuerpo si me permite beber y comer, y voy haciéndolo con frecuencia, y una vez acabado el desfiladero, la imagen que ofrece es desoladora….un enorme mar de dunas ante nosotros, mi hermano y Juanchu a lo lejos en mitad de una descomunal duna, donde a lo lejos se encuentra el CP2, donde casi parece que toca el cielo, no se la pendiente que podrán tener, lo que si se es que yo voy justo de fuerzas, tengo un momento de debilidad, y a veces estoy tentado de sentarme un rato para recuperar, pero me sirve y mucho la experiencia acumulada, y repito mentalmente un mantra que aprendí el primer a;o de los 101 de Ronda…..”tiempo parado, tiempo perdido”, y con esa idea en la cabeza, paso a paso, duna a duna, inicio mi calvario personal, ni miro el reloj, ni miro pulsaciones, y mucho menos miro el GPS, aquí no hay perdida, solamente se trata de seguir el rastro de bikers que me preceden y que dadas mis condiciones algunos incluso me adelantan, se agradece el apoyo mutuo y el animo de todos, sirven de acicate y de estimulo, sabiendo lo que tenemos aun por delante, que es mucho, pero que no sabíamos que era tan duro, poco a poco vamos ascendiendo de nivel, como digo, el punto de control se encuentra en el punto mas alta en varios kilómetros a la redonda así que es muy fácil fijarlo como objetivo y continuar andando, a estas alturas ya me quite las zapatillas de nuevo, y la arena ya va estando caliente, aun así, siempre me resulta mejor ir descalzo que con las zapas puestas, y poco a poco, metro a metro, voy avanzando, voy comiendo, voy bebiendo, y voy muriendo a chorros, por suerte mi cuerpo esta vacío, literalmente, y la hora y media larga que tardo en llegar al punto de control ya no he tenido que volver a parar, cuando llego y paso el control, me derrumbo, estoy mareado, mi hermano me dice, “vamos que el sol no para”, y mi contestación sale del alma….. “nos vamos?…unos cojones!!!” necesito recuperarme, le doy los botes para que los rellene, en 4 horas ya me he bebido, 5 litros de liquido y comido mas de la mitad de las barritas y geles con las que Salí esta mañana, me quito la arena de los calcetines, me pongo las botas y ahora si, ahora ya soy capaz de seguir andando, y digo bien, seguir andando, porque aun nos queda por delante otro kilometro largo de dunas, solo que esta vez es en descenso, aun así hay alguna que otra subida, pero menor, y una vez superadas, volvemos a reagruparnos para iniciar la búsqueda del siguiente CP, aquí formamos una pequeña comitiva con los compañeros de Alfaz del Pi, y con Carmenza, una colombiana mas dura que una roca y mas valiente que un espartano, salimos a la planicie que se nos presenta y siguiendo el único camino existente, avanzamos, ahora si, a una velocidad mas acorde a nuestras características, llevamos 4 horas y media y estamos en el kilometro 26, a quien se lo digas no se lo cree (bueno, siempre que no este por estos lares).

La única zona montañosa que vemos a lo lejos, obviamente es donde se encuentra el CP3, y hacia allí nos dirigimos, el camino se divide en dos, unos optan por un ramal, otros por otro, y nosotros intentamos rodar lo mas recto posible según nos marca el GPS, Carmenza lleva el rutometro y nos sirve de referencia para los cruces existentes, aunque visto lo visto, casi da igual ir por un lado que por otro, se avanza rápido, todos tenemos en la cabeza las 10 horas de limite que tenemos en 100 kilómetros y vemos que nuestra media, si sigue así, nos deja fuera de control, así que la tensión va en aumento, y cierto nerviosismo se palpa entre los compañeros, la incertidumbre es saber si tendremos mas dunas o por el contrario ya será todo ciclable, de ser así, no debería haber problema, pero tampoco nos podemos dormir.
Primer error, cruzamos el CP3 y las indicaciones del GPS nos marcan ir dirección norte para la EH2, todos lo hacemos, además cuando nos estábamos acercando veíamos grupos de bikers que lo hacían así, por lo tanto, nosotros también lo hacemos. Posteriormente nos dimos cuenta que lo correcto era haber vuelto por donde fuimos, pero en ese momento no parecía la mejor opción. Aquí, hay que entender, que tienes varios factores que influyen y mucho, en tomar una decisión acertada o errónea, por un lado, el cansancio, parece increíble, pero se va acumulando a lo largo de los kilómetros y a la hora de elegir una ruta, intentas elegir la mas corta, aunque eso pueda suponer cruzar un muro enorme, y las dunas lo son, pero con tal de no hacer kilómetros de mas, lo prefieres, por otro, la presión del horario, y aquí es el mismo motivo, haces mil cábalas y piensas que cuanto mas tengas que recorrer mas tiempo vas a tardar, y no siempre es así, por otro el calor y la falta de agua, cuando piensas que aun quedan 25 kms. Para la estación de hidratación, te surge el miedo de quedarte sin agua, sobre todo visto lo que ocurrió el día anterior y eso también te condiciona para tomar decisiones racionales, y por ultimo, los compañeros, los ves y piensas que pueden estar mejor informados que tu, o que sus GPS son mejores y tienen un track maravilloso que les permite acortar distancias y recuperar el tiempo perdido, cuando resulta que todos están tan cansados, tan agotados y tan perdidos como puedas estar tu….pues si juntas todo eso en la cabeza, el resultado es un maremágnum de pensamientos donde acertar es muy difícil, y obviamente cuando lo analizas a toro pasado te das cuenta que te equivocaste, pero claro, eso hay que verlo en el momento, no después.
El caso es que por momentos la desesperanza se puede adueñar de tu cabeza, salvo que seas muy cabezota y en eso nosotros somos los maestros, y te pones a pensar y a divagar en mil historias, en la familia, en los amigos, en los compañeros del club que están pendientes de ti, en rutas pasadas, a mi me sirve de mucho, comparar situaciones con todas las que ya tenemos vividas, esta montaña que viene es como el Moral del Soplao, este tramo que vamos andando es como la Senda Imposible de Ronda, este mar de tierra donde no hay ni un alma es como…bueno esto es como el desierto, no hay nada, y esta es la primera vez que rodamos por un sitio así, pero en este caso, cojo la cámara de video y me pongo a grabar alguna tontería para romper la monotonía y la rutina del pedaleo, porque otro problema que tiene rodar por el desierto es eso, que no tienes referencias de ningún tipo, a lo lejos ves una zona montañosa y hacia ella te diriges, pero pasada unas horas y decenas de kilómetros después, todavía no has llegado a ella y sigues viéndola en la distancia, y lo único que has hecho ha sido pedalear sin descanso, porque si dejas de hacerlo, el terreno arenoso hace que no exista la inercia y la bici se pare como si estuviera pegada al suelo, entonces o bien, te entretienes con algo, o te vuelves loco.

Avanzamos como dice Juanchu igual que un ejercito retirado, todos dispersos, mires por donde mires hay bikers, hasta que pasado un tiempo cuando nos damos cuentas nos encontramos los 3 solos, el terreno es un constante sube y baja, con una terrible dificultad, es muy arenoso, se hace difícil rodar y además hay miles de piedras de tamaño medio que pueden ocasionar una caída a poco que te descuides, las subidas casi son mejores que las bajadas, porque las bajadas como te lances y te encuentres con un banco de arena, que aquí son longitudinales como si de un rio se tratase, puedes clavar la rueda delantera y hacer un aterrizaje forzoso. El caso es que parece que estamos en el fin del mundo y no vemos un alma, por detrás aun vemos a lo lejos bikers que vienen por detrás y es el único consuelo que nos queda, que si nos perdemos nos perderemos juntos, así seguimos, con la moral un poco gastada y con las fuerzas disminuyendo, pero lo que mas nos mina el animo es el tiempo que avanza demasiado deprisa para nuestras cuentas, por momentos ya ni vamos los 3 juntos, es verdad que a tiro de piedra uno de otro, pero cada uno por un lado, en la misma dirección pero por caminos distintos, aquí me alcanza Isabel, otra compañera valenciana que ya es una Titán experimentada, y avanzo tras de ella, porque parece que tiene un sexto sentido para evitar zonas complicadas, de hecho, me sirve para alcanzar a mi hermano y encontrar una pista que parece mas accesible para rodar por ella mejor que por donde lo estamos haciendo.
Amplio la escala del GPS y veo la EH a un kilometro, solo me quedan sorbos en la camelback, los botes los agote hace tiempo y eso me anima a subir velocidad y lanzarme como un poseso los últimos metros, por suerte, me he recuperado bien, ya no ha vuelto a salir nada de mi estomago y todo lo que he ido comiendo y bebiendo me sirve para restaurar el equilibrio en las piernas que me responden como acostumbran.
Media etapa conseguida, hemos llegado al EH2, pero nos quedan 50 kms, y tan solo 4 horas para llegar, visto lo visto, no sabemos con certeza que tipo de terreno nos espera y se nos antoja bastante difícil lo que nos queda por delante, pero en ningún caso contemplamos la posibilidad de no llegar a tiempo, hay que “morir” encima de la bici si hace falta, así que nuestro próximo destino es la EH3 que nos informan que se encuentra a 25 kms. Y a 35 kms el ultimo CP, así que recuperadas fuerzas, rellenos botes, y con otro par de barritas en el cuerpo, nos lanzamos a cuchillo sobre la inmensa línea recta sin horizonte visible que se vislumbra ante nosotros, fila de 2, en paralelo mi hermano y yo, y Juanchu a nuestra rueda, avanzamos a cuchillo, además del terreno que es mas favorable, hay una pequeña pendiente a nuestro favor, así que por primera vez en mucho tiempo vemos los 30 kms/h. En el velocímetro de la bici, hemos dejado atrás a nuestros compañeros de Alfaz del Pi y a Carmenza e Isabel con los que nos reagrupamos en la EH, y nos dirigimos hacia nuestras pesadillas nuevamente, la llamada Gran Duna que se encuentra a los pies de Merzouga nos vigila amenazante, por suerte el track nos lleva paralelos a ella y no llegamos a contactar, pero obviamente, tarde o temprano nos tenia que tocar otra nueva zona de arena, aquí volvemos a bajar el ritmo y ahora si, formamos de nuevo un convoy de 6 componentes, Ximo y J. Enrique de Alfaz, Carmenza y nosotros 3, y decidimos unir fuerzas, rodamos juntos, nos vamos dando tanto ánimos como relevos y en los momentos que hay que tomar decisiones las consensuamos y las tomamos juntos, nos sirve de ayuda en un cruce, donde vemos a dos compañeros que nos preceden y toman el camino de la derecha, que se aleja del track,  cuando nosotros decidimos coger la izquierda, comprobamos mas adelante que acertamos, y no sabremos nunca que ocurrió con los que nos precedían, ni quienes fueron.
Cruzamos pequeñas construcciones que imaginamos de ganaderos o agricultores, si es posible que aquí se cultive algo, y también algún pequeño oasis, pero salvo eso, este camino es una horrible autopista de fuego y arena, donde tanto las fuerzas como el animo se resienten a velocidades de vértigo, no hay descanso en el pedaleo, en cuanto lo haces, te frenas y no vemos la forma de avanzar hacia el EH que parece que se aleja según vamos avanzando, los compañeros de Alfaz deciden descansar junto a un pequeño árbol a 50 metros del camino, y nosotros 3 seguimos avanzando, Juanchu sufre su propia crisis personal, se encuentra vacío, sin fuerzas y el ritmo que lleva es muy inferior a lo que necesitamos para llegar a tiempo, le obligo a tomarse dos geles seguidos y a beber, y vuelvo a usar todo lo que se me ocurre para darle ánimos y tratar de que siga avanzando, le recuerdo aventuras que hemos pasado juntos y que hemos salido airosos de ellas, a ratos le vamos dando pequeños empujones tanto mi hermano como yo, hasta que al fin, a lo lejos, divisamos las banderolas que nos indican nuestro siguiente destino.

Llegamos como almas en pena, nos rehidratamos, me tomo la ultima barrita energética que me queda, estamos a 20 kilómetros de la meta y a una escasa hora y media del cierre de control, salimos en compañía de varios bikers y unos kilómetros antes del CP4 nos encontramos con un coche de la organización que nos informa….”18 kms. Hasta meta y 1,20 horas para cierre”, no hay mas que hablar, todos lo sabemos, las miradas a pesar de las caras de agotamiento lo dicen todo, aquí no hemos venido de paseo, aquí no estamos para lamentarnos, aquí hemos venido a acabar la Titán y dejarnos la piel si hace falta, pero mientras tengamos un minuto de margen, vamos a darle estopa a la caldera, dicho esto, ponemos un ritmo alegre, bastante fuerte para las condiciones en las que nos hemos visto horas antes, parece que nos hayan devuelto las fuerzas de golpe, el terreno sigue siendo duro y rocoso, pero se puede conseguir rodar, a pesar de dirigirnos hacia las dunas, el firme no presenta problemas, pero aunque parece que volamos, el cuentakilómetros avanza muy despacio, y se nos presenta un problema añadido, los GPS ya se van quedando sin batería, lo que hace que vayamos perdiendo las referencias, durante los primeros momentos, vamos cantando velocidades medias y distancia hasta la meta, 15 km/h, para 15 kms. de distancia, esta difícil, al poco tiempo 15 km/h y 10 km, y yo voy cantando el tiempo que llevamos, 8,45 h., 8,55 h., 9 horas justas, es decir, entramos en la cuenta atrás de la ultima hora, adelantamos a algún compañero que animamos a que se una a nosotros porque vamos tirando unos de otros y eso anima, intentamos llevar a rueda a todo el que puede seguir el ritmo, nos encontramos con una carretera en obras y la bordeamos para avanzar por la cuneta, hasta que a lo lejos vamos viendo los hoteles en el margen izquierdo de nuestro recorrido, tenemos un pequeño momento de incertidumbre ya que nos hemos quedado todos sin batería y solamente nos guiamos por el GPS de J. Enrique que nos va marcando la ruta, 9 horas y media y estamos a 4 kilómetros, ahora rodamos eufóricos, tras un momento en que hemos ido literalmente a muerte y donde se ha roto la formación, pensando que estábamos mas lejos, recuperamos la cordura y ahora si, lo vamos a conseguir, vamos a superarlo, lo vamos a lograr, avanzamos con confianza y rodando sin hablar demasiado, nos reagrupamos para entrar prácticamente todos juntos bajo el arco de meta a las 9,40 horas de haber salido esta mañana, tan solo 20 escasos minutos de margen sobre el tiempo limite.
El paso por meta es espectacular, las emociones a flor de piel, algunos compañeros esperando, los abrazos y los apretones de mano se suceden con efusividad, nos invade un sentimiento de alegría y de confianza que creíamos perdido durante buena parte de esta etapa, y realmente nos sentimos satisfechos porque lo que parecía una tarea imposible la hemos llevado a cabo y no solamente hemos logrado llegar nosotros, sino que hemos ido arrastrando a varios compañeros que ha hecho que entre todos hayamos podido saborear el triunfo en esta etapa….pasan los minutos y las horas, y en el briefing del día cantan los números fatídicos, 18 abandonos por deshidratación y 37 descalificados por llegar fuera de control, 55 compañeros que no lo han conseguido, entre ellos muchos amigos y conocidos, y el alma se encoge y sabes lo duro que es lo que tienen que sentir, después de luchar contra todos los obstáculos y lograr llegar a meta, que el cruel cronometro no tenga piedad alguna contigo, es el golpe mas fuerte que puedes recibir, y te pones en su lugar y se hace un nudo en la garganta y te cuesta hablar con unos y con otros, solamente se supera pensando que mañana es el ultimo día, y que hay que seguir luchando, porque como se suele decir, nadie regala nada y en la Titan Desert mucho menos, aquí se pelea hasta el ultimo metro de cada etapa y a eso hemos venido.

Como símbolo de triunfo, decidimos montar en la puerta de nuestra jaima la bandera de nuestro pueblo que hemos traído para la llegada a meta, que sirva de homenaje a nuestros paisanos que sabemos que nos están siguiendo día a día, homenaje a nuestras familias que están sufriendo en la distancia con nosotros, homenaje a todos nuestros amigos que nos transmiten su cariño a través de las redes sociales, homenaje a los compañeros del club que nos animan y nos apoyan con todas sus fuerzas y que en momentos de flaqueza te sirve de estímulo demostrar de qué madera estamos hechos los "gigantes" y homenaje a nuestro tesón, cabezonería y constancia para llegar donde nos encontramos.
Me duermo con una sensacion agridulce, y al día siguiente amanece... última etapa.